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IMPACTO DE SINDICATOS EN COLOMBIA

Existe un diferencial salarial entre empleados sindicalizados y no sindicalizados atribuible a los sindicatos?, ¿Cuál es la magnitud del diferencial?

09 abril 2016

Barreras para los sindicatos

Por: Luis Alfonso Mena S. Director del periódico Paréntesis, de Cali, Colombia * – junio 19 de 2012
Si algo se constató en desarrollo del Tribunal Mundial de Libertad Sindical realizado en Bogotá es que en Colombia no existe libertad para el ejercicio del sindicalismo. Por tal razón, en su sentencia, el Tribunal condenó al Estado colombiano “por ser responsable de los hechos sistemáticos de violación del principio de libertad sindical, en calidad de autor directo, coautor, cómplice o encubridor de homicidios, lesiones, torturas, privaciones ilegítimas de la libertad, atentados, amenazas, despidos y represalias con motivo del ejercicio de la actividad”.

Como se indica en el preámbulo de la sentencia, el Tribunal Mundial de Libertad Sindical es un órgano de carácter ético “fundado por representantes de la sociedad civil que pretenden denunciar y hacer visible, ante la comunidad nacional e internacional, la sistemática violación en Colombia de una de las libertades fundamentales de la persona humana: la libertad sindical”. La importancia de esta instancia, es que “no sustituye a los tribunales formales sino que coadyuva a que las normas nacionales e internacionales se reconozcan y apliquen”, y, en consecuencia, posee una indudable legitimidad. Sus sentencias son enviadas a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Durante cuatro días, dirigentes y activistas de 81 organizaciones sindicales de todo el país se reunieron para presentar sus denuncias ante el Tribunal, integrado por prestantes magistrados procedentes de Argentina, Cuba, Francia y México. La organización de las sesiones del Tribunal, instalado en el Capitolio Nacional el martes 22 de mayo y desarrollado en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional entre el miércoles 23 y el viernes 25 de mayo, estuvo a cargo de la Asociación de Abogados Laboralistas de Trabajadores y de la Federación Sindical Mundial seccional Colombia.
Luego de las exposiciones de los diferentes delegados, el panorama que se deriva es francamente oscuro para el ejercicio de una de las actividades que define y caracteriza una sociedad democrática: el sindicalismo. Aunque nominalmente se reconoce el ejercicio del derecho de asociación sindical por parte del Estado colombiano, en la práctica se vulnera por las restricciones y las persecuciones que los patronos privados y gubernamentales imponen y practican.
El nivel de sindicalización en Colombia ha descendido de manera dramática, de acuerdo con cifras reveladas en la instalación del Tribunal por la senadora Gloria Inés Ramírez, mientras que en 1970 el 14% de los trabajadores estaba organizado sindicalmente, en 2012 sólo lo está el 4%, aunque la población en edad de laborar es de 22 millones de personas.
En relación con este punto, se dieron a conocer en el Tribunal numerosos casos. Entre ellos, el de la Universidad Santiago de Cali (USC), donde el Sindicato de Trabajadores de la USC (Sintrausc) fue borrado del mapa a través de la presión
sobre los empleados, a quienes se les obligaba a renunciar
al mismo so pena de no renovarles sus contratos, en clara violación de las normas legales, constitucionales e internacionales. La denuncia fue presentada en el certamen por el presidente de Sintrausc, Óscar Alarcón, y respaldada por los delegados del Sindicato de Profesores de la USC (Siprusaca), también presentes en el Tribunal.
La persecución también fue vivida por los empleados del controvertido Grupo Empresarial Saludcoop, quienes, como lo denunció la presidenta de su sindicato, Luz Fanny Zambrano, cuando constituyeron la organización sufrieron el despido “maratónico” de la mayoría de los fundadores.
Otra condición desfavorable para los trabajadores en Colombia es la tercerización: cooperativas, corporaciones, empresas intermediarias, bolsas de empleo, contratos de prestación de servicios, contratos sindicales, etc. no sólo pauperizan el empleo sino que constituyen el camino expedito de los patronos particulares y estatales para desestimular y evitar la sindicalización. Una de las denuncias hechas en el Tribunal fue la formulada por la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (Fenaltrase) seccional Antioquia. Su presidenta, Martha Pulgarín, reveló que, a pesar de que está prohibida la contratación por esa vía en los hospitales públicos, el 60% de la nómina de estas insituciones corresponde a esa modalidad. En similar sentido se pronunció la Asociación de Empleados y Trabajadores de la ESE Metrosalud (Asmetrosalud) de Medellín, a través de Gloria Patricia Cadavid, quien denunció el grave proceso de tercerización en esta entidad pública.
Otra práctica que atenta contra el libre ejercicio sindical es la utilización de organizaciones sindicales de bolsillo e, incluso, de centrales obreras como la CGT. Este tipo de ‘sindicalismo’ se ha generalizado principalmente por parte de patronos privados para perseguir y evitar el sindicalismo independiente y clasista. En desarrollo del Tribunal se revelaron varios casos. Uno de los más graves es el denunciado por Camilo Acero, de la USO seccional Meta. Según Acero, la multinacional Pacific Rubiales Energy creó un sindicato patronal para evitar la presencia de la USO, cuyos integrantes son perseguidos hasta el punto de, que luego de las luchas libradas en 2011,
 fueron despedidos 
alrededor de 4.000 obreros y que los trabajadores afiliados a este sindicato terminaron siendo desterrados de los campos petroleros.


Otra forma de ataque al sindicalismo es la amenaza permanente de procesos judiciales contra los directivos sindicales. Esta práctica busca limitar la acción de los trabajadores a través de justicia laboral. Esto fue lo que revelaron, por ejemplo, los delegados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Sintrafe), quienes, a través de Carlos Julio Hincapié, vicepresidente de la organización, mostraron de manera didáctica y contundente los mecanismos de presión del famoso oligopolio, que ha llegado incluso a denunciarlos ante la Fiscalía simplemente por protestar contra el despido de sus compañeros.
Otra constante en la violencia ejercida contra los sindicalistas es la violencia física. Los ataques a los derechos humanos se erigen como factores que gravitan en el declive de los niveles de sindicalización en Colombia y operan como circunstancias recurrentes en la historia del país, que, de acuerdo con cifras dadas a conocer en el Tribunal, en las últimas dos décadas han dejado el lamentable resultado de más de 4.000 activistas y dirigentes sindicales asesinados.
Un caso paradigmático, por lo doloroso, y que conmovió a los más de 250 asistentes al Tribunal fue el testimonio rendido por Carmen Yamusa, dirigente de la Asociación Sindical Nacional de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud (Anthoc), quien perdió a cuatro hermanos, líderes sindicales y sociales, asesinados por paramilitares, además de que estuvo detenida durante 25 meses junto a su hermana Nieves y a su sobrino de año y medio de edad. Todo para tratar de romper su voluntad de lucha.
Otro caso es el de varios de los trabajadores de la Gobernación de Antioquia, obligados por paramilitares a acogerse a planes de retiro ‘voluntario’, según denunció en el Tribunal el dirigente sindical Juan Manuel Monsalve.
El movimiento sindical colombiano, en la etapa que atraviesa, debe recomponer su camino para enfrentar el aislamiento al que lo somete el capitalismo neoliberal, un sistema que reconoce, porque le toca, la vigencia de los derechos sindicales, pero que a través de su legislación y de mecanismos de presión y de violencia que patrocina o tolera los desconoce.
Por ello, se impone hoy más que nunca la educación política de los trabajadores, como dijera en el Tribunal Omar Augusto López Pemberthy, presidente de la Asociación de Trabajadores de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Asotracomfama), para enseñarles a luchar y no sólo luchar por ellos.
La condena del Tribunal Mundial de Libertad Sindical contra el Estado colombiano por violación al derecho de asociación de los trabajadores constituye un hecho de gran importancia, cuya repercusión dependerá del impulso que le den los sindicatos y la Central Unitaria de Trabajadores para evitar que se convierta en un canto a la bandera.

¿Como es el panorama de los sindicatos en Colombia?




En Colombia el 50% de los sindicatos se agrupan en tres centrales sindicales: la Central Unitaria de Trabajadores CUT, la Confederación General de Trabajadores CGT, y la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC. La CUT es la central más grande, al concentrar el 65% de todos los trabajadores sindicalizados y en ella están confederados: la Federación Colombiana de Educadores FECODE, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria SINTRAINAGRO, y la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo USO.


 • En Colombia el acto administrativo de registro de un sindicato se ha convertido en una barrera muy importante para el ejercicio del derecho de asociación sindical. Así entre 2002 y 2007 se rechazaron 491 iniciativas de trabajadores tendientes a la creación de un sindicato. De igual forma, es el único país en América Latina en el que el gobierno tiene la facultad de disolver un sindicato por vía judicial.

 • Las convenciones colectivas en Colombia van en retroceso en relación con otros tipos de
acuerdo entre trabajadores y empleadores como el pacto colectivo y el contrato colectivo, siendo este último muy cuestionado por cuando se considera como impulsor de la tercerización laboral. 

• Si bien Colombia a finales de los años noventas ratificó los Convenios 151 y 154, referentes a la negociación laboral en el sector público, aun está pendiente la promulgación de la ley que implemente su aplicación. Y es que en el país la mayoría de los trabajadores sindicalizados están afiliados a sindicatos Estatales. Colombia es el país del mundo con el mayor número de asesinatos de sindicalistas, concentrando el 63% de los casos durante la última década. FECODE, SINTRAINAGRO y la USO, son los sindicatos que han sido más afectados por la violencia en contra de sindicalistas. Sólo estas tres organizaciones concentran el 64,6% de los casos de asesinato de sindicalistas en todo el país entre 1984 y 2010. Por su parte, Antioquia es de lejos el departamento más afectado por la violencia antisindical, concentrando cerca del 47% del total de casos de asesinato de sindicalistas entre 1984 y 2010. 

• Pese a los esfuerzos hechos en los últimos años, la impunidad sigue siendo muy alta y supera el 96%. A partir del 2003, se ha presentado una disminución importante en el número de asesinatos de sindicalistas; sin embargo, otros tipos de violación a los derechos humanos de los sindicalistas, como amenazas, y desplazamiento se mantienen en los mismos niveles.

La violencia contra los movimientos sindicales en Colombia

LA VIOLENCIA CONTRA LOS MOVIMIENTOS SINDICALES EN COLOMBIA


Esta es una breve perspectiva frente a los movimientos sindicales en Colombia en los diferentes sectores como el de la educación, agroindustria y la salud, entre otros.



Es Importante conocer que entre  los años 1986 Y  2009, más de 2.800 sindicalistas fueron asesinados, en el año 2010 fueron asesinados 53 sindicalistas más. Colombia concentra más  del 50% de casos de violencia contra los sindicatos en el  mundo, hay que resaltar que este tipo de violencia se ha presentado más en los sectores de la Agroindustria, educativo, minas y canteras y de la salud, este último, concentró un alto número de asesinatos FECODE, la agremiación compuesta por diferentes sindicatos de educadores, se vio afectado por casos de violencia altamente relacionados con la competencia política entre los diferentes partidos. Esta es, la principal agremiación  sindical del sector educativo con presencia en todo el territorio nacional aunque especialmente en los departamentos de Antioquia, cesar, Córdoba, Norte de Santander y Valle del cauca, y ha sufrido una larga lista de violaciones a los derechos humanos, también, a mediados de la década de los ochenta hasta el año 2009 se presentaron 839 homicidios de maestros que estaban afiliados a FECODE, lo que corresponde al, además de esto, mas de 2339 sindicalistas fueron amenazados y 1366 obligados a desplazamiento forzoso,Estos casos de violencia antisindical son necesarios para comprender la relación entre la dinámica del conflicto armado.
Se podría escribir cantidades de libros relatando la realidad de los acontecimientos alrededor del sindicalismo en Colombia, como por ejemplo el asesinato de Zully Esther Codina Pérez en Santa Marta, el 11 de noviembre de 2003  afiliada a SINDESS,  y quien era la cajera principal del Hospital Central de Santa Marta, madre de dos niños, este mismo día asesinaron al jefe de Servicios generales del hospital de Ciénaga y al rector del colegio de Orihueca, en ambos casos, los obligaron a bajarse del bus en que se transportaban y unos días después fueron encontrados muertos y con señales de tortura, por el caso de Zully Codina, Jorge Noguera, en ese momento director del departamento administrativo de seguridad de la presidencia, enfrenta cargos por homicidio ante la corte suprema de justicia, diferentes frentes y grupos guerrilleros  y también sectores políticos se han visto seriamente involucrados en casos de violencia intra sindical en Colombia.



Dicho esto, podemos entender un poco más la difícil situación y el riesgo que representa para muchos ser parte activa de los sindicatos en Colombia, especialmente en algunos de los sectores ya mencionados ya que un sin número de grupos o personas se pelea el poder en los diferentes ámbitos sociales y culturales de nuestro país, ocasionando muertes y daño por todo el territorio Nacional y aunque la pretensión de muchos es, que de forma legal puedan luchar por sus derechos como empleados y a la vez perseverar por unas mejores condiciones de trabajo para los futuros Colombianos, las estadísticas y la historia alrededor de los sindicatos en Colombia nos permiten evidenciar cómo el poder de funcionarios corruptos y grupos al margen de la ley  le niegan a miles de Colombianos su derecho real a la libertad de asociación y a luchar por una calidad de  vida más justa y mejores  condiciones laborales.